sábado, 27 de agosto de 2011

CONMUTACIÓN DE PENAS (Eduardo Albarracín)



   Piedad pedía el reo en la hora extrema. Silencio en los labios y rigidez en los rostros de los verdugos. La pena de muerte no es un juego y alguien tiene que asumir el costo de tamaño papelón.
   La guillotina quedó trabada a mitad del recorrido y la cabeza del sentenciado volvió a su sitio.

SONIDO MILENARIO (dedicado a Don Sixto) Leopoldo Roger Velárdez



Predicando por los montes
Francisco Solano iba,
con su violín melodioso
por entre enjambres de urpilas.

Su violín y su palabra
aquí en América India,
con la cruz y el Evangelio
nombraba a Dios en quichua.

Al dejar su apostolado,
el santo varón hispano,
no dice ninguna historia
si había un violín en sus manos.

Para mí que lo dejó
en los montes de Santiago
porque lo oímos sonar
después de cientos de años.

Su sonido fundador
de la fé en tierra de indios,
de nuevo vuelve a surgir
en las manos de Don Sixto.

Salió de la Salamanca
quizá su dulce sonido,
o el santo se reencarnó
en Sixto Palavecino.

Sin duda son duendecillos
jugando dentro la caja,
o réquiem sentido en quichua,
por la agonía de una raza.